domingo, 3 de agosto de 2014

EL FIN DEL INDIVIDUO: EL PRINCÍPIO DEL CONTROL MIELENCEFÁLICO

En los últimos tiempos estamos asistiendo a lo que muchos denominan como la tercera gran revolución industrial y con ella el paso a un "nuevo tipo de sociedad".  Una sociedad en la que crece el miedo ante el desarrollo de las tecnologías y la industria científico-técnico que no va acompañado de un desarrollo ético y humanista que pueda canalizar y dar una orientación a esa evolución tecnológica; más bien al contrario.
Ante esta falta de desarrollo de la sociedad se produce la desaparición del individuo autónomo, ya que en desarrollo del género humano, la tendencia autónoma del individuo se revela como un fenómeno y episodio efímeros. Es algo radical; la especie humana regresa a la pura animalidad desapareciendo las características diferenciales del ser racional, la libertad y el espíritu. Nos encontramos ante una sociedad completamente controlada (desde cámaras, a tarjetas de bancos, móviles, GPS, internet...) en la que la perfecta socialización es transmitida por una administración total, que controla todo, que se ha convertido en una dictadura larga, adaptada y admitida por todos los individuos.
Al liquidarse la individualidad, la vida humana pierde su sentido, tanto a nivel profesional como público, como privado. El individuo se ha cosificado, perdiendo su interioridad y espontaneidad, así como ha perdido la capacidad de mantener relaciones personales auténticas trocándolas por otras virtuales. Como decía Horkheimer: " Cuando el individuo funciona inseguramente se convierte en un anormal, no en un inmoral". Es capaz de perder el sentido de la intuición y se deja llevar por cualquier otro anormal que quiere dirigirle desde el dominio total del Estado. Como defendió Huxley; en este tipo de sociedad, no hay lugar alguno para la moral, porque la unidimensionalidad de la sociedad hace del individuo una pieza más del engranaje.
Si una persona es consciente de que algo no va bien en su vida y se dirige a un profesional de la salud mental (llámese psicólogo o psquiatra) para "curarse", la única cura que recibe de estos es una readaptación del mismo a la sociedad inhumana y enferma en la que vivimos, ayudándole a controlar su naturaleza "enferma" interna de forma que no cause distorsiones en la sociedad en que vive. hemos vuelto a la época de la extinta Unión Soviética, en la que los disidentes políticos eran tratados como "enfermos" y anormales en clínicas psiquiátricas; pero aún peor que estos, porque ahora defendemos que debe ser así porque es lo que dicta la mayoría de la sociedad y de los "expertos".
El progreso técnico se ha desarrollado por otro lado, a un ritmo mucho más acelerado de lo que puede asimilar el hombre consiguiendo así que la sociedad se tecnifique y se deshumanice.
De esta manera, el camino final del individuo es la instauración del control absoluto, a menos, que se provoque la destrucción de la sociedad tecnocrática, cosa que no va a ocurrir.
El elevadísimo potencial tecnológico desarrollado en lo últimos tiempos, ha posibilitado la instauración de la sociedad de consumo, el incremento de la productividad y una participación cada vez más creciente del proletariado (palabra esta que odio dneominar por el significado que acarrea. Proletario era aquel que sólo servía para eso en la sociedad, dar prole al estado, traer hijos) en la distribución de la riqueza social, dejando intacto el control del aparato productivo a pequeños grupos de privilegiados, que ha llevado a la integración del "proletariado"y a su pérdida de conciencia revolucionaria. A pesar de la enorme crisis vivida, un 60% de la población vive de P. madre con lo que tiene (buena casa, coche, hijos, trabajo seguro...) y nunca va a reaccionar ante su propia destrucción porque no es consciente ya de ello. El trabajador (voy a cambiar la designación aunque muchos no merecen esta denominación) así y ante la influencia poderosísima de los medios de comunicación, va asumiendo cada vez más los valores burgueses que antes rechazábamos y va perdiendo el interés por la transformación de los valores capitalistas.
El no-futuro de esta sociedad que vivimos y de este progreso que "padecemos" es el final que nos espera a todos, aunque algunos luchemos por cambiar estos valores capitalistas, es más, creo que el final de la especie será volver a tomar las decisiones complejas en lugar de con la corteza prefrontal con el bulbo raquídeo o mielencéfalo...

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