domingo, 15 de noviembre de 2015

JE SUIS PARÍS...ET

Je suis París...et...:

Algunos sólo se acuerdan de Santa Rita cuando truena, o el trueno les cae cerca...


Según datos de ACNUR, a finales de 2014, un total de 59,5 millones de personas se habían convertido en desplazadas forzosas, en comparación con 51,2 millones del año anterior y los 37,5 millones de hace una década. Entre 2013 y 2014 se ha producido el mayor incremento anual jamás registrado. Personas todas ellas que sufren el dolor y la miseria que les ha tocado vivir por culpa de unos descerebrados.

La mayor aceleración de la cifra de refugiados se ha producido desde principios de 2011, cuando estalló la guerra en Siria, que ha generado el mayor desplazamiento de población en todo el mundo. En 2014, cada día una media de 42.500 personas se convirtieron en refugiadas, solicitantes de asilo o desplazadas internas, lo que supone que la cifra se ha cuadruplicado en sólo cuatro años. A nivel global, una de cada 122 personas es ahora refugiada, desplazada interna o solicitante de asilo. Si todas estas personas formaran un solo país, éste sería el 24º Estado con más población del mundo.

Somos testigos de un cambio de paradigma, de una marcha descontrolada hacia una era en la cual tanto la escala de desplazamiento forzado como la respuesta que se necesita han alcanzado unos niveles que eclipsan claramente todo lo que hemos visto antes”, declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres. “Es terrible que, por un lado, cada vez haya más impunidad para aquellos que provocan los conflictos y que, por otro, la comunidad internacional parezca totalmente incapaz de trabajar de manera conjunta para poner fin a las guerras y para construir y preservar la paz”.


El informe de ACNUR indica que, en todas las regiones, el número de refugiados y desplazados internos está aumentando. En los últimos cinco años, han estallado o se han reactivado al menos 15 conflictos: ocho en África (Costa de Marfil, República Centroafricana, Libia, Malí, noreste de Nigeria, Sudán del Sur y, este año, Burundi); tres en Oriente Medio (Siria, Irak y Yemen); uno en Europa (Ucrania) y tres en Asia (Kirguistán, así como varias regiones de Myanmar y Pakistán). Pocas de estas crisis se han resuelto y la mayoría de ellas continúan produciendo nuevos desplazamientos. 

En 2014, sólo 126.800 refugiados pudieron regresar a sus países de origen, la cifra más baja registrada en los últimos 31 años. Por otra parte, tras varias décadas de inestabilidad y conflictos en Afganistán, Somalia y otros lugares, millones de personas de estos países permanecen desplazadas, o lo que es cada vez más frecuente, se encuentran atrapadas durante años al margen de la sociedad y con la incertidumbre de vivir como desplazado interno o refugiado de larga duración. Entre las consecuencias recientes y claramente visibles de los conflictos en el mundo y el terrible sufrimiento que causan, está el dramático crecimiento del número de refugiados que buscan la seguridad embarcándose en peligrosas travesías por mar, como en el caso del Mediterráneo, el del Golfo de Adén y el Mar Rojo, así como en el sudeste asiático.

Más de la mitad de la población refugiada son menores

Desde el comienzo del conflicto armado en Siria, cientos de miles de personas se han visto obligadas a abandonar el país para huir de la violencia. En septiembre de 2015, la cifra de personas refugiadas huidas de Siria que se contabilizan supera los 4 millones. Otros 7,6 millones han escapado a otros lugares dentro del país, convirtiéndose en desplazados internos. En total, más de 11,6 millones de personas –más de la mitad de la población de Siria– han tenido que abandonar sus hogares.

La inmensa mayoría (el 95%) de estas personas refugiadas provenientes de Siria han huido a los cinco países vecinos: Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto. El viaje en busca de un lugar seguro es difícil y peligroso: quienes tratan de huir del conflicto hacia otros países, se enfrentan a restricciones fronterizas cada vez más fuertes y al riesgo de ser expulsados del país y ser enviados de vuelta a Siria. En este contexto, las mujeres y las niñas son especialmente vulnerables y están expuestas a sufrir graves abusos: desde la estigmatización y los matrimonios a temprana edad, hasta el acoso y la violencia sexual, especialmente en campos de refugiados. Por otra parte, decenas de miles de niños y niñas malviven sin acceso a la educación ni a una atención sanitaria básica.

La comunidad internacional no está dando la respuesta necesaria a esta crisis de personas refugiadas. La reticencia de los países ricos a asumir una mayor responsabilidad económica respecto a la crisis de refugiados en su conjunto, y las escasas ofertas de reasentamiento son insuficientes. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se encuentra limitado debido a la falta de compromisos de financiación. Más allá, los países más prósperos del mundo, entre ellos, los miembros de la Unión Europea (UE) están fallando a los refugiados de Siria de otras maneras. La UE no debe abandonar a su suerte a las personas que buscan refugio y asilo. Es imperativo que los compromisos de reasentamiento y adminisión humanitaria se incrementen y se refuerce la capacidad de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo para localizar barcos en peligro y auxiliar a las personas a bordo. También es importante que se garantice que las personas rescatadas reciben un trato digno y tienen acceso al procedimiento de determinación de casos de asilo y que se garantice el fin de las operaciones ilegales de devolución informal.

Mientras tanto, el precandidato republicano a la Presidencia de EEUU Donald Trump vincula a los refugiados sirios con los atentados del viernes en París y critica también a Francia por su restrictiva política sobre tenencia de armas, un factor que, en su opinión, contribuyó al desenlace de la masacre.


"Nuestro presidente (el de EEUU, Barack Obama) quiere acoger a 250.000 personas de Siria" que huyen de la guerra en ese país, recordó Trump, al subrayar que uno de los terroristas de la capital francesa llevaba un pasaporte sirio.

"Se tiene que estar loco", manifestó el magnate inmobiliario durante un multitudinario acto celebrado en Beaumont (Texas), cerca de Houston."Todos tenemos corazón y todos queremos que la gente esté a salvo y todo eso, pero algunos de ellos (los refugiados sirios) van a traer problemas, grandes problemas", agregó el aspirante republicano, al referirse así a los ataques cometidos el viernes.

Además, Trump, uno de los favoritos en las encuestas para ganar las primarias del Partido Republicano, lamentó que Francia imponga leyes muy restrictivas para la posesión de armas, algo que, a su juicio, impidió que las víctimas pudieran defenderse.

"Miren a París, ustedes ya lo saben, tienen las leyes más duras del mundo en posesión de armas, nadie tiene armas excepto los malos, nadie", subrayó el multimillonario, un factor que, en su opinión, fue determinante en el desenlace de los ataques que se ha atribuido el grupo yihadista.

"Les voy a decir algo, uno puede decir lo que quiera, pero si les permitieran tener armas, si los nuestros tuvieran armas, la situación hubiese sido muy diferente", insistió.

Tras sus comentarios sobre los atentados en Francia, Trump recurrió a su eterna promesa electoral: la construcción de un muro entre Estados Unidos y México para frenar la entrada de inmigrantes indocumentados procedentes de Latinoamérica.

"Será hermoso y algún día lo llamarán 'el muro Trump", auguró el precandidato.

Esta palabras de un dirigente y persona influyente debieran ser delito, no ya por la estupidez y estupideces dichas, sino más bien por la apología al terrorismo, xenofobia, y degradación humana que contiene su mensaje...