domingo, 20 de julio de 2014

Palabra de Yahveh a Moisés escrita en en Pentateuco Judío



He aquí que yo voy a enviar un án­gel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te ten­go preparado. 21 Pórtate bien en su pre­sencia y escucha su voz; no le seas rebel­de, que no perdonará vuestras transgre­siones, pues en él está mi Nombre. 22 Si escuchas atentamente su voz y haces to­do lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversa­rios.

23 Mi ángel caminará delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cana­neos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminaré. 24 No te mostrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitarás su conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas. 25 Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios, yo bendeciré tu pan y tu agua. Y apartaré de ti las enfermedades. 26 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril; y colmaré el número de tus días.

27 «Sembraré delante de ti mi terror; llenaré de turbación a todos los pueblos donde llegues; y haré que todos tus ene­migos huyan ante ti. 28 Enviaré avispas delante de ti que ahuyentarán de tu pre­sencia al jivita, al cananeo y al hitita. 29 No les expulsaré de tu presencia en un solo año, no sea que al quedar desierta la tie­rra se multipliquen contra ti las fieras del campo. 30 Les expulsaré de tu vista poco a poco, hasta que tú te multipliques y te apoderes de la tierra. 31 Y fijaré tus confi­nes desde el mar de Suf hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río, pues entregaré en tus manos a los habitantes del país para que los arrojes de tu presencia.

32 No hagas pacto con ellos ni con sus dioses. 33 No habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí, pues dando culto a sus dioses caerías en un lazo.»

Suprimiréis todos los lugares donde los pueblos que vais a desalojar han dado culto a sus dioses, en lo alto de los montes, en las colinas, y bajo todo árbol frondoso; 3 demoleréis su altares, romperéis sus es­telas, quemaréis sus cipos, derribaréis las esculturas de sus dioses y suprimiréis su nombre de este lugar.

4 No procederéis así respecto de Yahveh vuestro Dios, 5 sino que sólo vendréis a buscarle al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en él la morada de su nombre. 6 Allí llevaréis vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vues­tros diezmos y las ofrendas reservadas

de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas y vuestras ofrendas voluntarias, los primogénitos de vuestro ganado ma­yor y menor, 7 allí comeréis en presencia de Yahveh vuestro Dios y os regocijaréis, vosotros y vuestras casas, de todas las empresas en que Yahveh tu Dios te haya bendecido.

Cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, le propondrás la paz. 11 Si ella te responde con la paz y te abre sus puertas, todo el pueblo que se encuentre en ella te deberá tributo y te servirá. 12 Pero si no hace la paz contigo y te declara la guerra, la sitiarás. 13 Yahveh tu Dios la entregará en tus manos, y pasa­rás a filo de espada a todos sus varones; 14 las mujeres, los niños, el ganado, todo lo que haya en la ciudad, todos sus despo­jos, lo tomarás como botín. Comerás los despojos de los enemigos que Yahveh tu Dios te haya entregado.

15 Así has de tratar a las ciudades muy alejadas de ti, que no forman parte de es­tas naciones. 16 En cuanto a las ciudades de estos pueblos que Yahveh tu Dios te da en herencia, no dejarás nada con vida, 17 sino que las consagrarás al anatema: a hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas, y jebuseos, como te ha mandado Yahveh tu Dios, 18 para que no os ense­ñen a imitar todas esas abominaciones que ellos hacían en honor de sus dioses: ¡pecaríais contra Yahveh vuestro Dios!